En 1980 se creó el nuevo sistema de pensiones y, con él, las administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). De este modo, las personas que empezaron a trabajar como dependientes desde el 1 de enero de 1983, quedaron obligadas a afiliarse y cotizar en una AFP; mientras que los trabajadores y trabajadoras que imponían en el antiguo sistema en esa época tuvieron la opción de traspasarse al nuevo sistema o de mantenerse en su respectivo régimen.
Si un imponente del antiguo sistema decidió cotizar en una AFP, no puede volver al antiguo sistema.
Sin embargo, en 1988 entró en vigencia la ley Nº18.225, que permite solo a algunos ex imponentes del antiguo sistema que se cambiaron a una AFP, volver a aquel sistema, si es que cumplen con los requisitos.